"Menos mal que existen los que no tienen nada que perder, ni siquiera la historia."

Las mejores vistas

El joven lleva su mano derecha sobre la frente para que el sol no le deslumbre, para que no le limite la visión. Con una ligera tensión, apoya la otra mano sobre su rodilla. Hay al lado más jóvenes sentados,como alineados, con sus blancas camisas impolutas, casi refulgentes bajo los rayos de un sol intenso, que en ningún caso podría llamarse de justicia.
En los últimos días, en las últimas horas, Brazoleño ha asistido con espanto a una nueva oleada de ataques en Gaza y piensa que nada de cuanto intenten explicarle va arrancar de sus ojos y su pecho, el horror de esta imagen.
No hay sangre, no hay humo, ni madres corriendo por las calles, hay solo, exclusivamente, un sol de Julio brillando sobre las camisas almidonadas de media docena de jóvenes israelíes que se han sentado a mirar los bombardeos, así, tal cual, como se escribe, como las vacas miran pasar al tren,  acaso-piensa Brazoleño- como todos  nos sentamos ante el televisor para ver qué se cuentan los noticiarios.
El sol no es de justicia, las guerras, tampoco. Nunca los son. No importa quien las haga, ni quien las mire.

Jóvenes israelíes observan los bombardeos sobre Gaza desde Sderot dice el pie de foto de "El País"