"Menos mal que existen los que no tienen nada que perder, ni siquiera la historia."

No pido perdón

La señora ministra ha pedido perdón, o más bien no. La señora ministra nos ha hecho pedir perdón a todos al plantear su petición como representante "del Estado", que no "del gobierno de este Estado". La señora ministra, ha repetido varias veces su expresión, por lo que deduzco que no ha sido solo un lapsus, sino más bien la prueba fehaciente de lo que viene sucediendo desde casi siempre con nuestros gobernantes, que confunden la parte con el todo y se sirven de dicha confusión.

Lamento profundísimamente el dolor de todas esas familias que cedieron una parte sus vidas al Estado-esta vez sí- y que se encontraron con que quienes entonces gestionaban la cosa de todos- es decir, el gobierno- no solo no respetaban semejante entrega, sino que la despreciaban con todas las ineptitudes y desvergüenzas posibles. Brazoleño, que no solo no es militarista, sino que ejerce y practica activamente la objección, no por ello deja de sentir como propia semejante agresión que va más allá del deber y de la aceptación de las estructuras. Mi más sincero abrazo solidario a todas estas personas.

Como decía, no estoy segura de que a ellos les haya bastado el modo de hacer de María Dolores de Cospedal, pero me molestará un poco menos si a ellos les ha servido. A mí, que solo soy ciudadana colateralmente afectada por la infamia, no me sirve, pero podría conformarme y hasta pasarle por alto que diga que los acusados por el caso cumplieron condena, cuando la oscura realidad es que fueron indultados. No me sirve que quienes deberían representarme me excluyan a la hora de tomar decisiones, me consideren un mero artefacto que  usar cada equis tiempo y después pretendan hacerme partícipe de la culpa y la correspondiente petición de perdón.

El Estado, señores, somos todos y sin embargo, el gobierno son solo unos pocos. Si cuando menos se tomasen la molestia de respetar el Parlamento y en las diferentes instituciones, podríamos convenir en aceptar que el gobierno representa a ese Estado durante su legislatura- de hecho, debería  tratarse de eso- pero resulta que no, que estos señores de quienes les hablo, no solo no respetan esas instituciones, sino que ni siquiera respetan la palabra dada a sus votantes, es decir, ni siquiera llegan a representar a aquellos.

María Dolores, que es de las alumnas aplicadas y que parecen hacerlo todo bien, suele comparecer cometiendo estos lapsus de vez en cuando, convirtiendo su intervención en una sátira o en un aparente tropezón, de modo que -casualmente- desvía la atención de la sustancia del asunto o de otros asuntos contemporáneos de su comparecencia y esta vez no ha sido diferente.
Desde su partido hasta intentan hacernos creer que ella "se ha adelantado a pedir la comparecencia por voluntad propia"como si no la hubieran pedido antes todos los partidos de la oposición. Claro que ese juego de la confusión se les da bien, sin ir más lejos, el ex-embajador en Londres quiere hacernos ver que se va por petición propia, mientras sus compañeros del gobierno-no del Estado-habían estado convenciéndonos de que era porque tocaba y en ningún caso, por la desvergüenza manifiesta de su gestión con el asunto del Yak-42. Juegan tanto a confundir, que se confunden hasta ellos mismos, pero en ese río revuelto hay siempre pescadores avezados, pescadores que se sientan a la orilla para mirar como las aguas vienen turbias. La riada nunca les alcanza, aunque siempre están a la orilla.

Como decía, María Dolores ha situado su comparecencia estratégicamente, de modo que los rumorcillos sobre los asuntos dudosos de su señor esposo, la intervención del gobierno en el asunto claúsulas suelo a favor de la banca, las declaraciones de Bárcenas en el juzgado volviendo ha hablar de financiaciones ilegales, la venta de corbetas a una dictadura -con viaje oficial de nuestro monarca incluído en el pack- y otras varias cosas de pensar, quedan más difuminadas, pero es pura casualidad, no piensen mal. La señora minista ha pedido perdón de corazón, lo malo es que nos ha metido a todos en el paquete, como nos han metido en el rescate de los bancos o en el pago de las multas de la UE  por la inoperancia o malas prácticas de los sucesivos gobiernos.

Cospedal y sus amigos confunden gobierno con Estado porque les conviene diluir culpas y responsabilidades, como lo confunden-no nos equivoquemos- otros muchos políticastros a los que interesa dicha confusión, por ejemplo, a ciertos independentistas y constitucionalistas de pedigree, pero este es nuevo asunto. Politicastros todos ellos a fin de cuentas, la política honesta y seria es otra cosa, como lo es el Estado, que no nos sigan confundiendo.