"Menos mal que existen los que no tienen nada que perder, ni siquiera la historia."

Lavando más blanco

   A estas alturas de Brazoleño, soy muy consciente de que lo que yo pueda pensar interesa bien poco, pero a ratos, en según qué días, me pongo igualmente ante el teclado con intención de soltarlo. Puede que sea solo para ordenar esas ideas que a ramalazos pasan por aquí... Así, por ejemplo, me ha dado por tratar el comentado asunto de las que llaman "tres derechas", del pretendido blanqueo de una de ellas y de todo lo que ronda sus periferias...

     Empezaré diciendo que no he entendido eso de convertir en tres la que viene siendo UNA desde hace decenios. Salvo que por aquello del nacionalcatolicismo queramos definirla hoy como UNA y TRINA (como nos contaban en las obligatorias clases de religión de entonces). No hallo diferencias sustanciales entre las esencias de estas tres entidades que se han presentado a las últimas elecciones simulando ser dispares. Es probable que se deba a mi exacerbada desconfianza, pero ni ayer ni hoy lograba diferenciar con claridad a unos de otros, pues si el portavoz A enunciaba en rueda de prensa un postulado mínimamente aperturista, de inmediato quedaba desmentido en el desarrollo posterior de la idea, con frecuencia en el transcurso de esa misma comparecencia.
   
     Se me ha dicho que el Pp es heredero directo del franquismo y de Ap, como si en C´s o en Vox no estuvieran militando personas de idéntico origen. La aparente novedad no es sino cuestión biológica. A los abuelos y padres siguen hijos y nietos. Poco a poco, tampoco en el Partido Popular quedarán demasiados actores directos de la mutación de franquista a demócrata (o a lo que sea que hubieran mutado). El Pp se había quedado un poco para las gentes de mediana edad y los veteranos. Personas con otra talla, más dadas a la argumentación extensa, a valorar la solera. Personas para las que estos pipiolitos estaban aún sin hornear, pero en conjunto, solo eran matices de la misma cuestión, solomillo al punto o poco hecho, pero solomillo al fin.

     A mi entender, lo que propició el impulso de C´s , fue la necesidad que tuvo el IBEX 35 de inventarse una apariencia de renovación que mantuviera a los desencantados en la senda del voto y no de la abstención, aún más a partir del movimiento indignado del 15 M, cuando no solo los jóvenes de la izquierda empezaron a poner en duda la vitalidad del sistema del 78. Antes ya habían ensayado en Cataluña -¿Recuerdan a los que Floriano en su momento llamara "Ciutadans"?-  La cosa había sido sencilla: cuatro o seis personajes de apariencia liberal ya conocidos y un paquete de vendedores de escuela americana, de esos que ganan en su college los concursos de debate (consistentes en defender frente a otro como tú la idea y la postura que te toque en sorteo, es decir, nulo posicionamiento, buena pose); chicuelos ambiciosos, majetes,  con ganas de ascender y a los que no se les ponga la cara colorada por defender una cosa y su contraria no ya en la misma semana, sino hasta en el mismo día.

     Si alguien imaginó por un momento que eran otra cosa,  bastaba ver como se les congelaba la sonrisa y se les tensaba el gesto cuando su elaborado mensaje no lograba calar en el periodista preguntón. Para eso no iban preparados. Las campañas de C´s, una tras otra, han sido sucesiones de frases hechas, cocinadas por algún chef medio ingenioso. Los supuestos programas, descarados refritos de todo lo que sonaba bien sin delatar qué había detrás de la ocurrencia. Habiendo sufrido en mis propias carnes esos cursos de "formación de portavoces", no me cuesta en absoluto imaginar a Arrimadas, Del Páramo o Rivera ensayando la sonrisa y la muletilla de turno ante el espejo.   "Los pactos de la infamia" parece ser la última, como antes lo fue "el pacto con el independentismo"  "gobierno Frankenstein"... y lo escuchamos una vez, otra y otra, incluso cuando ni siquiera venga a cuento porque la pregunta esdiferente. Tú procura colar "contacto directo" cada vez que intervengas, decía mi formador, como seguro que a ellos les impelían en su momento a repetir que eran el cambio sensato. Prueben a contar cuantas veces  repiten la frase del día todos y cada uno de los intervinientes de cualquier esquina del país con idéntico tono e idénticos vocablos hasta que desde arriba les instan a un nuevo eslogan... (No es que entre ellos no haya habido algún liberal bien intencionado, que puedo creer que sí, hablamos del conjunto y de su origen, aunque en las redes cayera algún ingenuo. Y, por supuesto, algunos paisanos de bien, que para eso está pensado el artefacto).
     Hasta la cuidada selección de los lugares en los que ser increpados o mal recibidos. La jugada de Valls con  el toque de atención  ("se os ve el plumero demasiado, chicos. Ya no juego");  el tironcillo de orejas de Rajoy para facilitar a Sánchez  (¿No tendría que sugerirlo a su propio partido? ¡Ah, no! que tenemos que seguir aparentando que somos diferentes otros cuantos meses) Pero seguro que de esto ya se habrán dado cuenta por ustedes mismos.

     Y en cuanto a los terceros en discordia, es de nuevo cuestión de oportunidad. Mientras en Europa funcionaba la cultura democrática postnazismo, en España, la de la modélica transición, había que demostrar lo bienísimamente bien que habíamos sabido rehacernos de nuestra pasada etapa. Pero ni la losa de Cuelgamuros había sepultado al franquismo ni las familias franquistas se habían levantado ultrademócratas una buena mañana, símplemente habían entendido que había que saber esperar (Y las esperas con pan son menos, todo sea dicho) así que siguieron con sus pingües negocios, con sus misas y homilías y con sus múltiples títulos nobiliarios, muchos de nuevo cuño y colocando aquí y allá a sus numerosos vástagos. Y, por aquello de no excederse en la endogamia, que ya se sabe que puede ser pernicioso, de vez en cuando se hacían matrimonios convenientes con familias de allende los mares, que también sabían de todas estas cosas un montón (Imagino que no necesitan ustedes nombres, pero los tengo). Ahora que en Europa caben las derechas montaraces ¿Quién tiene una mejor preparada que nosotros?

     Resumiendo, mi tesis es que nada blanquean quienes incorporan a esta tercera entidad al conjunto, la derecha española, la de siempre, la dominante, nunca ha sido otra cosa que ultraderecha. Estaba aquí y no necesitaba o no le convenía hacerse más patente, pero nunca se han ido. Son los hijos y nietos de quienes fueron, jugaban a sus cositas y tuvieron sus minutos de gloria respectivos antes de volver a la tarea que les incumbe como clase. Creer otra cosa es ser más ingenuo de lo que nuestra historia y nuestros precursores merecen. La otra derecha, esa derecha culta, ilustrada y europea que tanto podía aportar a nuestra tierra, a la serena convivencia y al progreso, está tan pisoteada y maltrecha como la dejara, hace ya muchos años, un generalito chusquero y sus secuaces. Todavía no se ha recuperado y con éstas, le costará otra larga temporada. ¿Quién blanquea a quién? De la izquierda ya hablamos otro día.

POSTDATA:
   Y mientras esto escribía, vuelven a removerse  en C´s. Se marcha Roldán y lo sustituye -¡Qué cosas, oiga!- Marcos de Quinto. Lo dicho, ya no hace falta el disimulo. Blanco como la leche ¡Y en botella!