"Menos mal que existen los que no tienen nada que perder, ni siquiera la historia."

¿SUMA O MONTONERA?


Hace poco menos de una semana que se manifestaron  en Madrid numerosas personas relacionadas con el mundo de la fauna. Yo no estuve entre ellos. Según parece leyendo a algunos en sus crónicas sobre el evento, sucede que a los profesionales como yo nos da todo igual, o que nos gusta que nos den las cosas hechas. Podría haber pasado de largo ante semejante tontería, pero no quiero hacerlo porque precisamente una de las razones que me llevó a no secundar esa acción fue la confusión que entre la población en general iba a suscitar .

Busco en prensa y redes información respecto al evento y compruebo que, como ya sabía, la manifestación era “En defensa del mundo rural”; no se habla sino de soslayo, y solo en alguno de los medios, sobre las reivindicaciones que habrían debido moverme a asistir: Un intento de ley relacionada con los derechos y la protección de los animales que resulta un verdadero disparate en fondo y forma y que me he leído de cabo a rabo varias veces sin encontrar, curiosamente, que afecte a muchos de quienes sí acudieron a la manifestación, no por solidaridad con nosotros, sino porque sus propios intereses, que ni son ni serán los míos, les llevaban allí.

Es fácil culpar a los medios, pero cuando uno de los portavoces declara a quien le pone un micro cerca que se manifiesta “Contra los animalistas comelechugas”, no parece tan sorprendente que mi vecina y mis parientes hayan llegado a la conclusión de que esta era una pelea entre hipsters y tradicionalistas. No sé si la manifestación lo fue. Como digo no asistí y no me creo peor ni menos implicada que quienes nos acusan de conformismo o inacción.

Algunos conocidos me argumentan que todo suma ¿Qué suma y con qué fin? No es mi objetivo hacer bulto, sino cambiar un modo de concebir a la Naturaleza en general y a la fauna en particular. Mi enfoque se ve afectado por esta ley, pero tanto más por esas personas que vociferaban el domingo junto a algunos de mis amigos, mientras espantaban a los perros y caballerías participantes con sus petardos. No, una cosa es aunar fuerzas y otra amontonarse con cualquiera.

Me alegro por quienes creen que han hecho algo grande, se sentirán a gusto consigo mismos, acaso tanto como yo por no haberme dejado engatusar (hablando de gatos y tal...). Son diferentes modos de ver las cosas. Lo que me podría doler, en todo caso, es que gentes a las que quiero y respeto se permitan decir que los demás no actuamos, que esperamos en el sofá a que nos lo den resuelto y no sé cuantas cosas más sobre el purismo o la vaguería. Mi purismo y mi incoherencia tienen sus límites, ambos. 

¿Se os ha ocurrido que igual actuamos por otras vías con o sin alianzas?¿Habéis pensado que hay más formas que ese evento o el sofá para encarar el asunto? ¿Por qué menospreciar a quienes sí podríamos tener cosas que decir aunque no nos sumáramos al desfile del domingo con galgueros, toreros o significados "conspiranoicos"?¿Preferís esos aliados? A mí se me ocurre que un poquito de autocrítica y replanteamiento cara al futuro pueden venir muy bien. Pensad, si os apetece, qué parte del importante mensaje ha trascendido; pensad en qué entidades y personas de relevancia tampoco estuvieron allí y cómo se podría llegar a ellos antes de que sea tarde.

A mi juicio, que por supuesto es personalísimo, no solo no se ha sumado, sino que se ha malogrado una ocasión de desmarcarse de verdad de esa política rancia que todo lo pringa y que no ha perdido su ocasión de contaminar un asunto importante. En los ojos y oídos del ciudadano de a pie, hemos quedado como parte de ese lodazal y a partir de ahora, nos va a ser más difícil explicar lo que nos preocupa y además, a la hora de solucionar esto, nos vamos a encontrar enfrente a oponentes menos receptivos, se lo hemos dado fácil a los de siempre.

Cuando éramos críos solíamos correr lanzándonos unos sobre otros al grito de “¡A la ropa que hay poca!” Hacíamos una montaña y caíamos casi todos riendo, alguno acababa llorando y haciéndose daño, pero era un juego y se le pasaba pronto. Para los asuntos de calado,  me importa más la calidad que las cantidades de ropa. Soy así de exquisita. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario