"Menos mal que existen los que no tienen nada que perder, ni siquiera la historia."

Trampas lingüísticas y de las otras

     Una, a pesar de los años, no acaba de acostumbrarse a las denominaciones periodísticas, la verdad. Se pasan de los epítetos alarmantes a las suavidades contemporizadoras más inesperadas. Estos días, por ejemplo, a raíz del asunto de los fondos europeos y tal, nos mencionan a “Países frugales” y una se pierde. Frugal es mi vecina Maripili, cuando en la fiestorra vecinal, coge un espárrago para cenar, pero si teniendo buffet libre decide quitarle de la mano el espárrago a mi hijo de cuatro años en lugar de acudir hasta la bandeja a por él y además manda al crío para que le traiga una chuletita, no diríamos precisamente que qué frugal es Maripili que solo se ha comido la chuleta y un espárrago, sino que pasa a ser una víbora malnacida como poco. Pues aquí, señores periodistas, estamos en lo mismo. ¡Qué coño frugales! ¡Qué fácil la mesura aplicada a los demás desde la cuasi extorsión! Seamos serios.

     ¿Cómo no van a ser ricos los paises ricos? La táctica es impecable: Pongo a circular algo de dinero para que tengas con qué gastar en mis empresas y por ello va regresándome de modo directo, pero ADEMÁS, te hago devolver con intereses lo “prestado” de modo que vuelve a mí dos veces y con recargo, te pongo condiciones de austeridad en la gestión que hacen incómodo el día a día de tus ciudadanos hasta el punto de que tus ricos se vienen con sus dineros a mis bancos, donde les ofrezco condiciones de paraiso fiscal y sigo apretando clavijas día sí y día también. Desconfío de tu gestión, pero exijo que confíes en mí y me permitas ir y venir a mí y a lo mío por tus fronteras. Por cierto que, el dinero que circulo es dinero al que has contribuído como socio- en el caso de España como contribuyente neto- O sea soy frugal por vía interpuesta. ¿Qué tal llamarlos al menos países usureros cuando no directamente corsarios?

     Parece que negociemos con ellos con orejas gachas, como si no nos necesitaran, como si todo el peso de Europa cayera sobre sus hombros y los demás suplicáramos la merced de pertenecer a la UE, pero su pujanza y sus bienestares dependen de nosotros tanto como nosotros de ellos. ¿Dónde van a vender sus tulipanes, sus mantequillas, sus chocolates? ¿Dónde van a rustir sus culos y escotes en condiciones europeas? ¡Pues claro! En los paises del sur, en los gastones irredentos.

   Y después es cuando, dándole vueltas a la cabeza, ésta que no entiende nada, empieza a recordar que son fondos buitre HO-LAN-DE-SES quienes se tienen comprado el hospital Infanta Leonor en Madrid y andan con otras adquisiciones sanitarias de calado, recuerda también quienes en nuestro país andan y anduvieron propiciando que la sanidad española fuera cambiando de lo público a lo privado, que lo fueran haciendo otros servicios (Paradigmático el asunto de las residencias, sin alejarnos mucho)...Y empieza a entender que, una vez más, muchos europarlamentarios hispanos de banderita en máscara y muñeca estén más encantados poniéndose de parte de los paises filibusteros que del suyo propio. Es normal, para ellos la patria auténtica es la de su dinero, lo otro es decorado resultón y en ese equipo, no nos engañemos, juegan también demasiados jerifaltes de los grupos mediáticos ¿Cómo iban a permitirse llamar sinvergüenzas a sus propios compañeros de andanzas? ¡No hombre, no! Son austeros,con lo de todos, para que pase a ser lo suyo y les paguemos por ello, pero sonando bien. La temporada de rebajas ya ha empezado.


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